Olazábal se despide a lo grande del Masters, con un putt en el 18 que celebró como una victoria. Rahm, termina quinto con 66 golpes

Por Isabel Trillo

De los españoles se puede esperar cualquier cosa. Tienen garra, corazón y mucho golf en sus bolsas. Con tres vueltas discretas del jugador de Barrika Jon Rahm pocos, sólo quienes le conocen, podían esperar la machada del domingo con esos 66 golpes que le colocaron en quinta posición del torneo. Con un comienzo arrollador (birdie-eagle) le faltaron hoyos para lanzarse a por el título, o quizá le sobraron bogeys en las tres jornadas anteriores.

El caso es que Rahm vuelve a sumar un top 10, cuatro de sus cinco citas con el Masters. Un balance que muy pocos tienen en su marcador y que augura una futura Chaqueta Verde para otro jugador vasco: es el que está más cerca de unirse a Seve Ballesteros (su ídolo), José María Olazábal (su paisano) y a Sergio García.

De José Mari Olazábal se puede esperar todo: tiene genio y conserva la magia en sus manos. Tiene el carisma que al público americano le gusta y el respeto de sus rivales. Y cuando nos deleita con un putt como el del 18 del Augusta National, que celebró como si de una victoria se tratase, pues nos conquista el corazón a todos.

Un logro para el jugador de Fuenterrabía que desde los greenes se Augusta se apunta al PGA Champions Tour, el Circuito Senior americano, a seguir aprovechando la buena racha de juego y las ansias de competir tras una año pandémico.

Eso sí, nos dejó con un gran sabor de boca