El Club de Campo Villa de Madrid recupera la Copa Javier Arana, Premio Endesa

Llegó el día. El Club de Campo Villa de Madrid acogió la quinta, suspendida por la pandemia, y sexta edición de la Copa Javier Arana Premio Endesa. Once equipos, ochenta y dos jugadores, un solo objetivo llevarse a su club la Copa Javier Arana.

El viernes, los jugadores, fueron llegando de todos lo puntos de España. Todos preparados para una competición donde además de la victoria, lo importante es la camaradería entre jugadores de los campos que diseño el genial vasco.

El mismo viernes por la tarde tuvo lugar una recepción para los capitanes de los equipos, con un cóctel permitió a los asistentes conocerse y romper el hielo antes de la competición que habría de tener lugar a la mañana siguiente.

El sábado amaneció nublado, sin embargo, poco a poco el astro rey se fue abriendo paso y dejó un día perfecto para la práctica de nuestro deporte.

En esta ocasión el recorrido negro del Club de Campo Villa de Madrid, que se presentó en un perfecto estado, como no podía ser de otra manera una semana después de haberse celebrado en el mismo el Open de España.

Para no perder la costumbre como es tradicional se preparó el punto de recepción de Agio Global donde se recibió a los jugadores con un desayuno cortesía de Cafés Guilis. Una manera muy especial de comenzar la competición. Para sostener el empuje durante los nueve primeros hoyos una barrita Corny de Hero no debía faltar en las bolsas de los jugadores.

El Club de Campo Villa de Madrid inaugurado en 1956, es una de las mejores obras de Arana. Sede de multitud de eventos de alto nivel, entre los que se encuentran en once ocasiones el Open de España. 

El trazado es exigente desde el primer golpe, manteniendo la filosofía de todos los diseños que llevan la firma de Javier Arana. La bola en la parte correcta de la calle desde la salida es fundamental, así como elegir bien la plataforma del green desde donde atacar la bandera. Los árboles, tan presentes en todos los diseños, dificultan de manera importante cualquier error que el jugador pudiera cometer.

Además de los 18 hoyos del recorrido negro, nueve del recorrido amarillo también llevan la firma del diseñador vasco. Los otros nueve están firmados por el mito del golf español Seve Ballesteros, que en breve serán remodelados por otro de los grandes nombres del golf nacional, José María Olazábal.

En esta ocasión se aprovechó el espacio entre los hoyos nueve y diez, para instalar la zona de refrigerio, una carpa de Royal Bliss donde encontraron todo tipo de refrescos gracias a la colaboración de Coca- Cola, junto a ellos las bodegas del Marques de Vargas ofrecieron su esplendido vino tino. Quienes prefirieron algo mas fresco el blanco Pazo de Santo Mauro fue una buena elección. En está ocasión tan especial muchos de los participantes optaron por brindar con Champán Ayala. Sin duda, para tomar bien fresca, junto con ibéricos cortesía de Bendita Extremadura, una cerveza Mahou, en sus versiones Cinco Estrellas, Barrica o Cero Tostada también fue elección acertada.

Sin más incidentes las partidas iban llegando al hoyo 18. En medio, birdies, bogeys, grandes golpes, alguna que otra bola perdida que iban conformando las tarjetas de los jugadores.