Sergio García fue el mejor español en el puesto 12º y David Puig terminó el 55º y ya es jugador olímpico junto al lesionado Jon Rahm.
El excéntrico golfista estadounidense Bryson DeChambeau ha sumado de manera brillante su segundo Open de Estados Unidos, (su segundo Grande) en el legendario campo de Pinehurst. Y su primer gesto fue levantar el brazo y mirar al cielo con el puño en alto como hiciera en 1999 el querido y añorado Payne Stewart, el último torneo que ganó antes de morir en aquel extraño accidente aéreo que mantuvo en vilo a medio mundo.
DeChambeau salió a la jornada final con tres golpes de ventaja sobre Rory McIlroy. Ambos se jugaban algo más que un Grande: las dos cabezas visibles de dos formas de entender el golf en estos días, dos modelos en guerra. Rory no dio la talla y en los cuatro últimos hoyos volvió a reglar un Grande y Bryson no desaprovechó la oportunidad. Una victoria en soledad, ya que en el green del 18 sólo estaba Sergio García, su compañero de LIV Golf, para darle un abrazo y celebrar con él ese doble triunfo: un Grande y la reivindicación del LIV Golf.
Sergio García, por cierto, a un gran nivel en este torneo, termino como el mejor español en duodécima posición, calentando ya motores para Valderrama.
Buen actuación también de David Puig (55º) que ya es jugador olímpico junto a Jon Rahm, una vez cerrado el ránking, y ambos estarán en París.