Los últimos hoyos del Golf National de París dejan un sabor de boca agridulce a los españoles

El torneo tuvo que retrasarse varias veces por la amenaza de tormenta eléctrica. David Puig logró terminar su recorrido (22º con -2) y Jon lo hizo tras la primera suspensión (6º con -4).

Le Golf National (París.- La primera jornada no pudo empezar más accidentada con dos suspensiones, la primera de poco más de media hora a causa de los avisos por tormentas sobre la zona de París. Se reanudó el juego demasiado pronto, incomprensiblemente, con una tormenta de agua y más amenazas eléctricas mientras Rahm acababa el hoyo 18. Y volvió a suspenderse

El calor extremo  está siendo muy duro para muchos atletas, y el golf no ha escapado a la meteorología.

Domina la tabla el japonés Hideki Matsuyama con 63 golpes (-8 para el ganador del Masters de Augusta de 2021), seguido del estadounidense Xander Schauffele (-6 reciente ganador del Open Británico en Troon); y la tercera posición la comparten con -5 el chileno Joquín Nieman (magnifica temporada en el LIV este año con dos victorias individuales; el argentino Emiliano Grillo (diploma olímpico en los JJOO Río 2016) y el coreano  Kim Joo-hyung, más conocido como Tom Kim (tres victorias en el PGA Tour)

Los españoles, mucho poder decir

Y la suspensión cogió a David Puig con su vuelta acabada (69 golpes, -2) en el puesto 24º de la tabla tras terminar con sendos bogeys al 17 y 18.

“Siempre nos quedamos con lo malo de esos dos últimos bogeys y nos pensamos que en los 16 anteriores el trabajo ha sido bueno. El final bajo par es un buen resultado y me quedo con los buenos golpes que he dado hoy. Las sensaciones en el campo han sido buenas y a lo largo del dia me he ido afianzando, como he dicho, lástima de esos dos bogeys finales”.

Jon Rham no tuvo tanta suerte y la suspensión le cogió en el Tee del 18, aunque sin dar el golf. Para el vasco fue como un break en el peor momento “En el hoyo más difícil, en el que tienen que estar más concentrado”. Venía muy enchufado con eagle y dos birdies, se había colocado tercero a tres golpes del líder, el japonés Matsuyama, pero llegó el doblebogey del 16 (envío la bola al agua en este complejo Par 3), y aunque lo arregló con el birdie al 17 y el par del 18 supo a poco. Al final sexta posición -4 y sentimientos encontrados.

“Cogí un palo más porque quería llegar bien a green, pero hice un swing muy malo y se me fue al agua. Una lástima porque venía jugando muy bien. En general, valoro muy positivamente mi debut en los Juegos Olímpicos. Me ha sorprendido todo el apoyo del público en el Tee del 1: ha sido emotivo ver a tantos españoles animando; incluso fans de otros países. No me lo esperaba. Aún quedan tres vueltas, esto no ha hecho más que empezar y las sensaciones son buenas”.

El descontrol sobre un deporte en sus terceros JJOO

Cuando Rahm firmaba su tarjeta, ya con la vuelta acabada de 67 golpes (-4) volvió a saltar el aviso de tormenta eléctrica y los jugadores y el poco público que quedaba fueron evacuados. Fueron 15 minutos de desconcierto entre los periodistas (y jugadores) esperando que Jon viniera a la zona mixta donde se recogen sus impresiones. Pero nadie sabía nada: ni la prensa, ni el jugador, ni sus padres que le esperaban para darle un abrazo.

De pronto apareció Jon Rahm, ya cambiado (la tormenta de agua le cayó encima en el último hoyo, inexplicable que se reanudara el torneo para suspenderlo 10 minutos después) y pese a que quiso hablar con la poca prensa española desplazada a París, la organización lo impidió. Algo insólito. Hubo que esperar media hora más, con la segunda reanudación del torneo, cuando se le permitió hablar con la prensa española, por petición expresa del jugador

La sala de prensa en Le Golf National poco a poco se va pareciendo a la de un torneo grande, como así debe de ser, con asistencia de periodistas de calado y de renombre internacional, pero aún le falta mucho en organización, en permitir el trabajo de los aún pocos profesionales de prensa desplazados a París. E incluso, algunos jugadores se quejaron de la falta de facilidades para los propios golfistas a quienes se les restringe el acceso a zonas sin avisar con lo que muchos han tenido que dar hoy un rodeo a pie de más de media hora para llegar al club; sin posibilidad de aparcar en las cercanías del campo, etc. Situaciones estrambóticas y sin posibilidad de reclamar a nadie porque nadie se hace responsable.