Pasito a pasito, sin prisa pero sin pausa, Francesco Molinari ha puesto la bandera de Italia en lo más alto del golf mundial al conquistar el primer Grande y el primer Open Británico en el campo, quizá, más difícil de la rotación. Ya lo dijo el día anterior que hoy no era un día para arriesgar y los pares iban cayendo como losas sobre sus rivales, que se iban desesperando a medida que soplaba el viento y los hoyos iban discurriendo.
“Espero que esta victoria la hayan podido ver muchos niños italianos, y pueda inspirarle y hacer crecer la afición al golf en Italia. Igual que a mí me inspiró el Open de 1995, y ver a Costantino Roca luchar en aquel play-off contra John Daly en St. Andrews. Disfruté y sufrí aquel año”.
Kisner era el primer en caer con doblata al hoyo 2. Schauffele aguantaba hasta el hoyo 5, pero llegaron dos bogeys consecutivo y el doble al 7. Jordan Spieth no atinaba con las calles. McIlroy y Ross tuvieron una gran reacción, pero fue insuficiente el -6 en su marcador. Sólo les quedaba esperar en la Casa Club el fallo de los rivales y provocar un play-off, que durante algunos hoyos era más que posible.
Llegó entonces el birdie de Molinari en el hoyo 14, tras un gran drive y un buen putt y en el marcador sólo aguantaba Schauffele. Peio Iguarán, caddie vasco de Molinari, sabía que un birdie más podría ser importante y ayudó a Francesco a mantener la calma y templar los nervios hasta el gran golpazo del hoyo18 que dejó la bola a dos metros para birdie. -8 en el marcador, uno de ventaja sobre el americano y a esperar los dos últimos hoyos.
Francesco no sabía muy bien dónde meternse. Firmó su tarjeta y se quedó allí, unos instantes hasta que vio el bogey del Shcauffele en el 17. Sólo un eagle en el 18 podría variar el resultado. Peor el italiano no pudo más. Salió al patting Green a intentar patear pero no le entraba ni una sola bola. Y allí oyó el rugir del público cuando Schauffele no pudo embocar el birdie y su caddie Peio se acercó para fundirse en un gran abrazo. El sueño se había hecho realidad.
Y Tiger Woods fue como el Ave Fénix: resurgió de sus cenizas, llegó a colocarse de líder en solitario durante algunos hoyos (8-10) y volvió a inmolarse para no contradecir a los amantes de las estadísticas. Nuca ganó un Grande viviendo desde atrás en las jornada final. Pero sí es verdad que dio espectáculo, que durante 10 hoyos nos hizo creer que el golf es el deporte más fácil del mundo, con drivers increíbles, segundo golpes medidos y putts de tiralíneas, pero le faltó rematar. Aun así, se ha visto a un Tiger muy en forma, muy concentrado y capaz de volver a ganar otro Major en cualquier momento.
Por cierto, del récord de tres americanos de co-líder en la tercera ronda (dato histórico) hemos pasado a una clasificación muy europea con Molinari de ganador, y McIlroy y Rose de segundos, empatados con Kisner y Schauffele. La Ryder Cup se presenta apasionante.
Estrella del golf italiano
Francesco Molinari es sin duda una de las promesas más prometedoras del golf italiano. El más joven de los Molinari, se hizo profesional en 2004 tras ganar el Campeonato Amateur de Italia, clasificándose en la Escuela del Tour europeo en 2005. Su hermano mayor Edoardo decidió esperar un año más y eso le sirvió para convertirse en el primer italiano en ganar el Open USA Amateur en 2005.
Francesco ganaría al año siguiente el Open de Italia y haría historia, ya que hacía 26 años que ningún italiano ganaba su Abierto Nacional, desde Massimo Mannelli.
El momento cumbre de los hermano Molinari llegaría en 2009 con la primera victoria de Italia en la Copa del Mundo de China en 2009. Una victoria que quedó un tanto ensombrecida ya que nada más comenzar el torneo saltó todo el escándalo de Tiger Woods, su accidente de tráfico en la puerta de su casa y toda la historia que vino después.
“Espero que esta victoria motive a mi hermano para volver a competir juntos en otra Ryder Cup”.